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  • Foto del escritorMónica Sagrera Garcia

Viajar en tiempos de covid


Cuando se decretó el estado de alarma en marzo, pocos creíamos que nuestras vidas se verían afectadas durante tanto tiempo. Si bien en un principio se pospusieron y cancelaron viajes, todos pensábamos que para la segunda mitad del año estaríamos disfrutando de nuestros destinos preferidos o haciendo aquella escapada de buceo que teníamos planeada para Semana Santa y no pudo ser. Pero según iban pasando los meses, las posibilidades de bucear, sobre todo en el extranjero, se veían más lejanas. La incertidumbre absoluta, la imposibilidad de salir del país y sobre todo la ausencia de barcos o centros de buceo operando, hicieron que abandonásemos por completo la idea de intentar ir a ninguna parte fuera de nuestras fronteras.

En España, contra todo pronóstico, porque yo sin duda creí que la actividad subacuática estaría seriamente restringida, se ha buceado. Con normas, con alguna incomodidad, con aforos y mascarillas, pero este verano hemos buceado y mucho. De hecho mucha gente, al verse clausurada la vida nocturna, han buscado en los deportes acuáticos una alternativa al ocio, así que paradójicamente, ha habido más bautizos, cursos y salidas de buceo que nunca.

Entramos en la recta final de 2020 y aunque tímida y lentamente, algunos destinos vuelven a abrir. Seguramente no es el viaje que llevabas planeando un año, ni aquel que se te quedó colgado hace meses, a lo mejor es un destino que ya has visitado con anterioridad o en la fecha decidida no cuentas con tu grupo de amigos, pero en estos momentos la pregunta ya no es dónde quiero ir, sino dónde puedo ir.

Y la respuesta es Maldivas. Bueno, aquí he sido un poco categórica, ya que hay otros destinos de buceo abiertos desde septiembre como el Mar Rojo o México, pero mi recomendación es sin duda Maldivas por varios motivos:


  1. Es una apuesta segura. El buceo es espectacular todo el año, el agua se mantiene siempre a 30º y te aseguras el encuentro con mantas, decenas de diferentes especies de tiburones e inmersiones nocturnas inolvidables… y mira que a mi me dan pereza las nocturnas.

  2. La incidencia covid es mínima. En un país compuesto de 1200 islas con tan solo 250 habitadas, las cifras de contagio son realmente bajas. Además, no te equivoques, que puedas viajar a Maldivas no significa que puedas moverte libremente por el país, ya que no podrás desembarcar en Male, la capital que cuenta con unos 100.000 habitantes, salvo para coger el avión de vuelta. Al haber una baja incidencia, solo te exigirán pcr para entrar al país pero no para volver a España (siempre que viajes con Qatar Airways)

  3. No echarás de menos en absoluto no poder bajar a tierra. Como he explicado, puedes viajar pero siempre tendrás que estar ubicado en un resort o un barco. Si vas a bucear te recomiendo que cojas un vida bordo sin la menor duda. Irás del dhoni al agua y del agua a la isla, porque en las islas desiertas si podrás desembarcar, de hecho una noche te prepararán una suculenta barbacoa en una de ellas. En años normales, el día anterior a la vuelta se visita Male, pero entre tu y yo, no es un sitio que merezca mucho la pena, así que si ahora no se puede, no es como viajar al Rojo, tener una extensión a las pirámides y no poder verlas

  4. La relación calidad precio es excelente. Aunque a ojos de un neófito pueda sonar a paraíso inalcanzable, en realidad Maldivas es un destino de coste medio. Obvio que hay resorts en los que puedes gastar el sueldo de un año en una semana, pero los vida a bordo que operan por la zona, tienen unos precios muy competitivos sin renunciar a la exclusividad y al lujo.

  5. Estarás prácticamente solo. Aunque se puede viajar sin mucho problema, la mayoría de la gente no lo sabe o no se atreve, así que son pocas las flotas que están operando, en concreto solo sé de dos: Submaldives y Blueforce, ambas españolas. En zonas donde es fácil cruzarse con bastantes barcos y otros buzos bajo el agua, estarás solo o como mucho verás un barco en toda la semana. Así mismo, el periodo que ha mantenido alejado al turismo, pescadores y embarcaciones de las zonas de buceo, ha provocado una auténtica explosión de vida, así que prepárate para disfrutar a lo grande.





Una vez que el destino está claro y con mucho menos tiempo del habitual para organizar este tipo de viajes, me decanté por conocer el nuevo barco de la flota Submaldives, el Searose, inaugurado en octubre de 2020. Su directora, Judith de la Rosa, además de amiga, es una anfitriona experimentada que lleva 18 años en Maldivas, lo que genera confianza en estos tiempos revueltos.

El viaje puede contratarse como siempre, a través de Xtrem Travel, ellos te aseguran que a menos que se cierre el espacio aéreo, viajarás. Da igual que tu provincia esté confinada o haya restricciones de movilidad, aunque mucha gente lo desconozca, puedes volar internacionalmente y ellos te facilitarán cualquier papel que necesites para llegar a tu destino. Además del seguro habitual, puedes suscribir un seguro especial covid que yo recomiendo porque por poco más, cubre, entre otras cosas, la devolución del dinero si tu pcr da positiva y no puedes volar en el último momento (si, esas cosas…pasan 😦 ) El vuelo hazlo siempre con Qatar Airways, Emirates te exigirá una pcr también a la vuelta solo para montar en el avión, así que si no quieres gastar otros 120€ y pasar tu última tarde en el paraíso visitando un hospital, mira bien las exigencias de la línea aérea porque a veces son mayores que las del propio país al que pretendes entrar.

Y hablando de pcr, tendrás que hacerte una, pero debes mirar muy bien cuando, ya que tiene que ser lo suficientemente reciente como para que esté en vigor pero tiene que dar tiempo a que te den los resultados. En Maldivas han aumentado el plazo a 96 horas, es decir, tendrás que presentar una pcr negativa hecha en los 4 días anteriores a la hora de tu vuelo. En este punto, a nadie le queda claro en absoluto si se refiere a la hora en la que el avión despega, la hora en la que aterriza, la hora local o la hora del país de partida…así que no apures y deja cierto margen porque en el propio aeropuerto, puedes oir distintas versiones. Deberás rellenar un formulario en el que incluirás esa pcr, una foto y determinados datos, al final de ese formulario hay un código QR ¡guárdalo! si no lo haces, deberás volver a rellenarlo en el mostrador de facturación, lo que es bastante estresante. Por todos estos requerimientos y por el hecho de que aunque vi buena voluntad y amabilidad en el personal del aeropuerto, nadie parece tener nada claro, ve con tiempo porque puedes tardar bastante más de lo normal en embarcar. Un día antes de volver, rellenarás otro formulario, por lo que tendrás que descargarte la aplicación Spain Travel Health, será muy útil que al llegar allí te hagas con una tarjeta de teléfono local para tener wifi, ya que en este caso, la usarás para algo más que dar envidia a tus amigos subiendo fotos a Instagram.

Parece todo muy denso, pero la parte buena es que los aeropuertos están casi vacíos, aunque con tiendas y restauración abiertos y en el avión irás a tus anchas: tanto a la ida como a la vuelta viajé sola en mi fila. Qatar Airways te proporciona una pantalla facial que deberás llevar al subir al avión además de la mascarilla…es muy agobiante e incómoda, pero tranquilo, en el vuelo se sirve comida y bebida permanentemente, así que podrás quitártela.

Bueno, al lío ¡estamos en Maldivas! En esta ocasión me he decantado por la ruta norte clásica de 4 atolones que además de un must del buceo es muy recomendable para estos tiempos inciertos ya que guías, directores de crucero y barcos vida abordo tienen amplia experiencia en este itinerario. Tanto si la has hecho como si no, es una muy buena opción porque el buceo es bueno, variado y no te cansarás de ver tiburones y mantas.

El viaje transcurre con normalidad absoluta…pero de la que nos gusta, de la antigua. El Searose es un barco amplio y cómodo. El tiempo en el que no buceas puedes disfrutar de las hamacas y columpios de la cubierta superior o refrescarte en uno de los dos jacuzzis de los que consta el barco. En el salón, dispondrás de una amplia zona para tomar algo, descargar fotos o cargar baterías de equipos de video, foto y drones. Por la tarde, podrás desembarcar en alguna isla, bañarte y disfrutar de la puesta de sol.

Como siempre, en Maldivas, el buceo se realiza desde dhoni, el barco auxiliar que te acercará al punto de inmersión y donde tendrás tu equipo de buceo. Las inmersiones son variadas, desde canales con corriente, hasta nocturnas plagadas de tiburones nodrizas, pasando por las famosísimas estaciones de limpieza de mantas. Aunque podrás ver peces de arrecife como payasos, mariposa o cirujanos y algún nudibranquio, sobre todo hay vida grande. Mantas, tiburones nodriza, grises, puntas negras, guitarra, martillo gigante (si, has leído bien), tiburón ballena casi con seguridad, cardúmenes de pargos y labiosdulces. Si haces foto o video el gran angular será tu compañero fiel.

Mis inmersiones favoritas:

Alimatha (Felidhoo) : antes era solo nocturna pero ¿por qué no disfrutar del espectáculo de rodearte de cientos de tiburones nodrizas tambien de día?

Kudarah Thila (South Ari Atoll): un enorme cardumen de pargos amarillos flanquean la entrada a varios pináculos cuajados de vida.

Paradise rock (North Male Atoll): estación de limpieza donde las mantas acudirán a desparasitarse a pocos metros de ti.

Tuna factory (North Male Atoll): inmersión sorprendente y poco profunda donde se concentra un número delirante de rayas, morenas, un enorme banco de peces estandarte y donde con facilidad podrás ver tiburón guitarra y con suerte un martillo gigante que anda últimamente por la zona.





Aunque no ha habido muchas opciones, la mía ha sido un auténtico lujo.

Y ¿tu? ¿has viajado este año?

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